"Instinto primitivo, carácter sofisticado y persistente con un cuerpo aterciopelado".
El acecho de la esperanza, que regenera y alimenta el alma.
El lobo y su constante salida a cazar. El Cabernet Sauvignon y su eterno encuentro con la armonización. Un lobo de instinto primitivo, persistente cuando busca su presa. Por otro lado, un vino contemporáneo de carácter sofisticado. Su plato preferido: un cordero, un conejo o un pato. La producción del Reserva de la Casa Venturini está limitada a siete mil botellas. Suerte quien lo consigue probar y más quien consigue repetir.